Bien, ya tenemos pensado donde vamos a dormir, qué vamos a usar para rodar en el Ring y cuantas vueltas queremos dar, como hemos visto en la parte anterior. En nuestro caso eso nos sitúa a las 7 de la mañana un sábado desayunando en una casita en los alrededores del Ring. Ni en los mejores sueños me hubiera imaginado eso, pero ahí estamos, con una mezcla de nerviosismo y ganas por experimentar lo que será rodar en el Ring.
Lo primero que hacemos una vez salimos es ir a la oficina de Rent4Ring a recoger el Swift. Tras rellenar unos papeles y asistir a una charla de seguridad con las normas que hay que cumplir en el Ring nos acompañan al coche. Una vez lo ves en directo te parece una máquina bastante llamativa. La estética deportiva del Swift se junta con lo rebajado de suspensión, las llantas, las Toyo y lo que se vislumbra del interior desde fuera (básicamente unos baquets, barras y poco más lleva el coche). Nos subimos y enfilamos el kilómetro y poco hasta el circuito para empezar la aventura…
El coche se nota que está bien preparado. Dentro del coche oyes todo debido a que se han quitado los paneles de insonorización del motor. Notas la suspensión seca, notas como todas las piedrecitas y demás del asfalto se pegan a los R888 y salen disparados poco después chocando contra los pasos de rueda, notas la dirección algo más pesada que en un coche normal (aunque no sé si es igual en la de serie, ya que parece que eso no se ha cambiado) y el acelerador con una respuesta más inmediata y más directa.
El camino es corto pero vamos a 50 (dicen que hay radares a veces), ya correremos lo que queramos dentro del Ring. De camino surgen conversaciones interesantes, planteamos como afrontar estas primeras vueltas, si los coches más rápidos serán un problema, etc. El tema de la franquicia y los gastos de arreglo del circuito surgen varias veces también, y es algo que hay que tener muy en cuenta, no tanto por el dinero en sí, sino por tener mucho respeto al circuito (de hecho hay que tener respeto a todos los circuitos).
El planteamiento para dar las 12 vueltas es que cada uno daría dos vueltas seguidas, pararíamos a cambiar los asientos y daríamos otras dos vueltas. De esta manera haríamos 3 tandas en un tiempo de unas 3 horas, empezando desde las 9, que es cuando abren el circuito. Nos comentaban en Rent4Ring que entre las 11 y las 14 horas suele haber premio, y que es habitual que el ganador además consiga que se tenga que cerrar el circuito, por lo que siguiendo su recomendación intentamos hacer al menos una o dos tandas por la mañana.
Para las dos primeras vueltas voy a salir yo. Ya había estado entrenando con el rFactor, más que para entrenar había sido para refrescar el circuito. Hasta el primer Karrussell no tenía ninguna duda, pero de ahí hasta el final hay partes que se mezclan y era mejor tenerlas más o menos controladas (luego resulta que tampoco se parece tanto esa parte a la versión del rFactor, pero bueno, al menos las curvas siguen el mismo orden). Llegamos a la barrera, sacamos la tarjeta y la pasamos por el lector. Se levanta la barrera y nos adentramos en el infierno verde… Si esto es el infierno prefiero portarme mal.
Enfilamos una zona de conos con una pequeña chicane, y de repente la inmensidad de la recta del Ring con el puente a lo lejos. Es la primera vez que entro pero esa zona es bastante rápida así que pie a tabla, pasamos el puente y hacemos la bajada. El coche responde, tiene un motor vivo aunque se nota que son unos escasos 136 cv. Llegamos a la zona de la primera frenada, y encontramos un pedal del freno con una mordida muy buena desde muy arriba, y unos neumáticos que combinan muy bien con el conjunto de frenos. En resumen, hemos frenado muy pronto y demasiado, pero bueno, esta primera vuelta es de reconocimiento.
Llegamos a la curva, de izquierdas, seguida de una de derechas y otra de izquierdas que da a la entrada a la recta del circuito nuevo. El coche se nota duro, plano, aunque no hemos pasado la curva a una velocidad lo suficientemente rápido como para ver si de verdad se comportará así. La siguiente zona del circuito es un conjunto de curvas a izquierda y derecha que se toman a una velocidad no muy alta, y con la que ya podemos empezar a apretar un poco más el paso por curva. Se nota la dirección algo «lenta», hace falta mucho giro para tomar las curvas. En los vídeos que se ven en Internet parece que están metiendo demasiado volante, pero no, es que hay que girar más de lo que parece la dirección.
Poco a poco voy cogiendo confianza con el coche y entendiendo los neumáticos algo más. No sé donde está su límite, ni el del coche, pero la sensación en general es que no estoy aprovechando el paso por curva ni de lejos. En las zonas algo más lentas me acerco más a ese límite, pero en las zonas rápidas simplemente piensas, vaya locura, parece que el coche la puede pasar a fondo. Y es así, en parte a que la potencia del coche no es muy alta y no llegas a velocidades «muy grandes».
Por ejemplo Flugplatz es a fondo a casi 160 Km/h, una doble curva de derechas, y tras la recta llegas a 200 Km/h a la curva de Schwedenkreuz, donde nosotros levantábamos algo el pie y la pasábamos «tranquilos» a 180 Km/h (no en esta primera vuelta claro). El coche además cuenta con ESP, por lo que si lo dejas activo (es lo que hicimos nosotros) y te metes en una curva muy rápido y/o metes mucho volante el coche te frenará, o si te hace una espantada el culo te ayudará a que lo mismo no tengas que pagar la franquicia. Eso sí, los ojos como billetes de 500€ se te van a quedar. Por suerte no tuvimos ningún susto, aunque el ESP en alguna curva de alguna vuelta nos frenó el coche un poco por algún bache que te comprime más de lo que espera la suspensión delantera en apoyo (como en el Karrussell).
Hay curvas que una vez conoces mejor el coche y el circuito pasarlas a fondo es una gran experiencia para el que conduce (no tanta para el que va a la derecha). Fucksrohre es una de ellas. Llegas a 200 Km/h a Schwedenkreuz y esperas a colocarte recto para hacer una gran frenada y tomar la larga curva de derechas de Aremberg, te abres y gas a tabla. Pasas por debajo del puente y haces toda la bajada de Fucksrohre a fondo sin tocar los pianos, hasta que llegas al fondo, y en cuestión de metros se convierte en una empinada subida de curva izquierda que pasas a tabla en quinta (lo menos 160-170 Km/h). El margen de error es muy pequeño pero el placer enorme. Además antes de coronar frenas un poco y te tiras con mucha fe y mucha velocidad a la siguiente curva de izquierdas (cortando por el piano interior, que se puede pisar), que da acceso a Adenauer Forst.
Pero si el coche impresiona por su rendimiento para el poco churro que tiene, el circuito impresiona por sus desniveles. En la vida había sentido como si estuviera en una montaña rusa salvo en una montaña rusa… ¡hasta ahora! Las compresiones son brutales en algunos puntos (de hecho se ven muchas marcas en el asfalto de los bajos rozando), los cambios de rasante bastante pronunciados (de hecho en Pflantzgarten puedes llegar a volar si vas rápido), y lo que más impresiona es estar siempre con el guardarail tan cerca. Tan cerca tan cerca en algunos puntos que podrías sacar la mano e incluso tocar las ramas de algún árbol.
Sólo existe el asfalto, estrecho en la mayoría de las zonas, muchos pianos a los que mejor no acercarse demasiado y algunos pocos que se pueden atacar. en cuanto se acaba el asfalto empieza el césped, verde intenso y casi siempre húmedo por el rocío de la noche y la humedad durante el día. Si lo pisas seguramente acabes mal ya que resbala bastante, y como hemos dicho antes, a un metro suele estar tu amigo el guardarail, y en las zonas en las que está más lejos tampoco te confíes, no es que haya mucho hueco para salirse. También hay curvas con puzolana, pero ésta te ayudará más a frenarte antes de golpearte que a evitar que te golpees. cuando decimos que hay que tener respeto al Ring es porque no permite muchos errores.
Por último el tráfico en pista. Atento a tus retrovisores, y si de repente ves un coche detrás de ti no seas tonto, si antes no estaba y ahora sí es por algo, échate a la derecha cuando puedas con el intermitente y déjale que te adelante. Es frustrante con el Swift encontrarte con algunos coches más gordos y que no te dejen pasar. Llegas a la frenada y tu puedes frenar mucho más tarde, puedes pasar mucho más rápido, pero no puedes acelerar más que ellos. Ellos no te dejan frenar bien, no te dejan trazar bien y luego encima aceleran mucho en la salida. Por lo demás no encontramos mayores problemas. Reducir a 30 Km/h en las zonas con bandera amarilla, tener cuidado si ves un coche parado por si hay aceite en pista y cosas así.
Tras este tochaco sólo sé que me ha encantado el Ring, y que estoy deseando volver. No puedo sino recomendaros que vayáis y rodéis allí, es único.
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